A 40 años del inicio de la pandemia, la infección por VIH es hoy una enfermedad crónica tratable y prevenible. La expectativa de vida de las personas con tratamiento adecuado es similar a la de las personas no afectadas.
Desde el año 2006, Uruguay comenzó un importante descenso en la mortalidad por sida. Así, en el año 2020 alcanzó cifras cercanas a 4.38/100.000 habitantes. Actualmente, la carga viral indetectable en las personas afectadas es el principal factor asociado a la disminución de la transmisión y morbimortalidad por este virus y la disponibilidad y adherencia al tratamiento antirretroviral de alta eficacia es la condición necesaria para lograr cargas virales indetectables.
Sin embargo, el diagnóstico tardío y la falta de vinculación y retención por el sistema de salud hacen que la transmisión persista en ciertos grupos de la población, favoreciendo hospitalizaciones y muertes.
Los niños, niñas y adolescentes afectados por VIH
La infección puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, parto y lactancia. A esto se le llama TV: transmisión vertical. Las estrategias para disminuir la TV son el diagnóstico y tratamiento materno y de su pareja previo al embarazo, el control adecuado del embarazo, el tratamiento antirretroviral (TARV), AZT en parto o cesárea en caso de necesidad, quimioprofilaxis con antirretrovirales (ARV) del recién nacido e inhibición de la lactancia.
La transmisión vertical es la vía principal de afectación de niños y niñas a nivel mundial. Uruguay presentó en 1990 cifras de TV de hasta 67% (sin ARV). Sin embargo, desde el año 2015, nuestro país ha alcanzado cifras de eliminación (< 2%).
Pese a esto, desde el año 2012 comenzaron a aumentar los casos de transmisión por lactancia materna en madres seronegativas durante el embarazo/parto, que adquirieron la infección mientras amamantaban.
Si bien se aplicaron nuevas estrategias para evitar este tipo de TV -como la ordenanza del Ministerio de Salud Pública en el año 2018, que establece el estudio a madres que amamantan- la difusión y aplicación de esta medida es heterogénea y existe una falta de percepción del riesgo de contraer la infección luego del nacimiento. Esto podría explicar el diagnóstico anual de alrededor de dos casos de transmisión por lactancia materna y uno por transmisión perinatal. Tal es así que la lactancia materna es la principal vía de transmisión en niños y niñas uruguayas, actualmente.
Por otro lado, los adolescentes que adquirieron la infección por vía vertical, hoy comienzan su exposición sexual a este virus, con la consiguiente transmisión horizontal en este grupo etario. Sin embargo, muchos adolescentes afectados por transmisión vertical han sido madres/padres de uno o varios hijos, en su mayoría sin VIH.
El Centro de Referencia Materno–infantil de VIH–Sida del Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR) asiste a la mujer embarazada, los niños expuestos a VIH, los niños, niñas y adolescentes (NNA) VIH+ y sus padres, que también están afectados por este virus. Los principales objetivos del equipo de salud son evitar la TV y mejorar la calidad de vida de la población afectada que se controla en el Centro.
Todos los NNA que asisten al Centro reciben ARV y la mayoría tiene su carga viral indetectable. Recientemente, se aplicó un score clínico para conocer la calidad de vida de los NNA menores de 18 años. Los resultados mostraron que perciben su calidad de vida como buena y sus referentes adultos comparten la visión.
El estigma y la discriminación, todavía presentes en la sociedad, continúan siendo el peor enemigo de esta afección y el principal responsable de que continúen existiendo diagnósticos tardíos, falta de seguimientos y muertes evitables. De esta forma, obstaculizan los objetivos de la OMS para 2030: “95% diagnosticados, 95% tratados y 95% indetectables”.
Todos los 1º de diciembre el mundo conmemora el Día Mundial del Sida. El lema de OPS/OMS y ONUSIDA para el 2021 es “Poner fin a las desigualdades. Poner fin al sida. Poner fin a las pandemias”.
Todos los trabajadores de la salud debemos adherir a este lema y trabajar para lograr los objetivos de la OMS
Reflexión final
Los niños afectados con VIH consideran que tienen una buena calidad de vida. Hoy, con carga viral indetectable y tratamientos amigables tienen un excelente pronóstico.
Sin embargo, muchas veces ocultan su condición para no ser discriminados. En esto, el personal de salud tiene un rol fundamental: deben garantizar la confidencialidad y brindar información de calidad y accesible a la población.
Los NNA tienen derecho a una educación sexual saludable, en el entendido de que el autocuidado, el cuidado del otro y el disfrute responsable comienza en la infancia. En cuanto a esto, nuestro país cuenta con preservativos y PreEP (profilaxis preexposicion) para parejas serodiscordantes.
Por otra parte, la lactancia materna es fundamental para el desarrollo y la buena salud de los niños y la TV por lactancia es un problema en Uruguay. En este sentido, la asesoría de los/las personas involucradas y el testeo durante todo el tiempo de amamantamiento es un pilar fundamental, ya que la exposición vertical al VIH termina cuando el niño deja de amamantar.
Dra. Virginia González, Dra. Stella Gutiérrez y Dra. Lorena Pardo.