La construcción del aparato psíquico del bebé y su evolución emocional debe ser contemplado con atención por parte del pediatra dado su importante rol en el acompañamiento del crecimiento y desarrollo de niños y niñas.
Eso implica entender las dificultades de la parentalidad y apoyar su desarrollo adecuado, tener una actitud de apertura y tener la preparación suficiente para percibir y compartir las diversas vicisitudes que se dan en el vínculo madre-padre- bebé, además de poder proponer intervenciones oportunas cuando se presentan presuntos desvíos de lo esperable.
El vínculo Pediatra-Familia debe ser de confianza, de manera de establecer una relación “de ida y vuelta”.
El aporte desde las diversas disciplinas que estudian y trabajan en el desarrollo emocional del bebé resulta fundamental para enriquecer la práctica cotidiana de la pediatría, en un contexto cada vez más complejo por lo vertiginoso de los cambios de la sociedad y las prácticas que eso conlleva, unido a la carencia de oportunidades que tiene un sector importante de nuestros niños.
La atención a la evolución emocional contribuye al bienestar del bebé y de la familia, y a la prevención y detección precoz de patologías psíquicas, las cuales han aumentado mucho su frecuencia en los últimos años.
Dras. Teresa Briozzo, Inés Iraola, Analía Camiruaga, Stella Gutiérrez.
Coordinadoras del taller EMC “El desarrollo emocional del niño de 0 a 2 años. Aportes al pediatra desde un diálogo interdisciplinario”